Diseñado por María Antonia Argelich e Iván Rega Castro, está inspirado en la Divisa «Donec Totum Impleat Orbem», según el Dialogo dell’imprese de Paolo Giovio (1574: 30, ilust.) y Le Imprese illustri de Girolamo Ruscelli (1584: 143, ilust.).
Se trata de la divisa de Enrique II de Francia, cuyo mote puede traducirse como «hasta llenar todo el orbe» —esto es, la gloria del príncipe, que sigue creciendo hasta cubrir el mundo entero, está simbolizada en un creciente de luna. También recuerda la Divisa «Non Sufficit Orbis» de Felipe II, diseñada en 1580 con motivo de la subida al trono de Portugal. Se trata de un emblema político que cambia de significado según el contexto: desde mediados del siglo XVII circuló ampliamente por el norte de Europa un retrato grabado del hijo del sultán Ibrahim I (1647 c.), que ilustró un almanaque o periódico en alemán con reediciones en 1651 y 1707 (Lotichius, Merian et al., 1707: s. f. [644-645]), donde justamente se lo representa con un emblema con el mote «Donec totum impleat Orbem», cuya imagen es una luna creciente abrazando o rodeando un globo. En este contexto, la pictura simboliza la presión militar del Imperio otomano en Europa oriental y la cuenca mediterránea.
En nuestro logotipo, por lo tanto, hemos utilizado la media luna musulmana y la corona sobrepuesta para metaforizar la difícil relación entre cristianismo e islam a lo largo de la edad moderna y ejemplificar el valor polisémico de las imágenes en la cultura visual iberoamericana.